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El callar de los periodistas mexicanos

Elidio Ramos Zárate, 45, fue asesinado en Oaxaca, México el 19 de Junio con un tiro en la cabeza por dos individuos no identificados que se conducían en una motocicleta según la página de internet de la revista Proceso.

Ramos, quien era un reportero del periódico El Sur, se convirtió en el último periodista asesinado en México.

La tarea de un periodista es dar voz a aquellos que nadie toma en cuenta y hacer públicas las injusticias; la gente confía en nosotros para publicar lo que les daña. Es por esta razón que decidí ser periodista, por que no puedo soportar ver una injusticia sin ser denunciada.

México es uno de los paises mas peligrosos en el mundo para ser periodista teniendo 91 por ciento de sus asesinatos impunes de acuerdo a la página de internet del Comité de Protección del Periodista.

En los últimos 15 años, 103 periodistas han sido asesinados y 25 siguen desaparecidos según informe de la PGR, publicado en el periódico Mexicano La Jornada.

México también es considerado en el sexto lugar de homicidios impunes contra periodistas, siendo Somalia el primer lugar, según el CPJ.

En mi entrevista con el periodista mexicano Alberto Robledo del periódico Milenio Laguna, el “artículo 7 de la Constitución Mexicana señala como inviolable el derecho de la prensa, y las personas que la generan, a publicar escritos sobre cualquier materia, siempre y cuando no afecte a terceras personas”.

Tristemente el propio gobierno Mexicano es quien no permite la aplicación a este artículo. Nosotros, los Mexicanos, sabemos como funciona el gobierno y lo difícil que es probar su culpabilidad dado a que desaparecen cualquier tipo de prueba y simplemente no responden a las preguntas del pueblo.

Esto es lo que llamamos un “secreto a voces”, cuando algo es tan obvio y todos sabemos la verdad, pero que por alguna extraña razón no ha sido publico o ni pruebas hay.

Por lo tanto, los asesinatos a periodistas Mexicanos son un acto de cobardía, son la manera de callar lo que es obvio. Dado a que vivimos de este lado del río, nos es muy fácil preguntarnos, “¿y por qué no denuncian las amenazas o los asesinatos?” Desgraciadamente el crimen organizado está respaldado por el gobierno Mexicano.

Es imposible levantar una denuncia cuando ni siquiera se puede confiar en las mismas instituciones de gobierno.

En los Estados Unidos los medios de comunicación están protegidos bajo la primer enmienda que permite a los periodistas la libertad de expresión y de prensa y aquel que falle a esta libertad, encontrara castigo.

Por otra parte, el gobierno Mexicano, incluido el de Peña Nieto, no logran responder a las preguntas del pueblo.

Por ejemplo, los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, México cuando, según El Pais en su articulo “Decenas de estudiantes desaparecidos tras un ataque de la policía en México” escrito por Jan Martínez, se conducían a la ciudad de México para participar en los actos en memoria de la matanza estudiantil de Tlatelolco de 1968.

Después de tomar varios transportes públicos, los estudiantes fueron interceptados por la policía municipal, los cuales abrieron fuego dejando dos normalistas muertos y cinco otros heridos. El resto de los estudiantes huyeron por la ciudad en grupos llenos de miedo. Hasta el día de hoy no se sabe la ubicación de 43 de los normalistas.

Tanto el pueblo cómo los familiares de los desaparecidos han sido negados a una respuesta o búsqueda de la desaparición. De acuerdo al periódico La Jornada en su artículo “Llama Peña a ‘superar’ el caso Ayotzinapa” por Rosa Vargas, el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, declaró en el 2014 que sería más fácil impulsar su propuesta para mejorar la economía teniendo una “actitud positiva” así que aconsejo a los ciudadanos a “superar esta etapa y dar un paso hacia adelante”.

Sí los periodistas no son capaces de informar libremente porque los políticos están omitiendo información importante para el público, ¿cómo los ciudadanos saben lo que está pasando en el país al que llaman hogar?

Robledo califica de “apático, egoísta y egocéntrico” al gobierno Mexicano, “aspectos que, por ende, terminan en la corrupción”. Robledo concluye diciendo que “[a los funcionarios de gobierno] No les preocupa las consecuencias que pueden traer los actos ilícitos que comenten, lo que su le importa es que nadie se entere, y es ahí cuando entra la censura y en donde choca la libertad de expresión”.  

En México tristemente la libertad de expresión y de prensa son limitadas muchas veces por el crimen organizado y por políticos. “Se sabe que buena parte de los funcionarios públicos en Coahuila tienen o tuvieron algo que ver con los Zetas,” comenta Robledo. “[Pero] nuestra responsabilidad es ejercer el periodismo con interés social y no al político”.

De acuerdo al CPJ, el 76 por ciento de los asesinatos a periodistas son hechos por el crimen organizado, seguido del 30 por ciento por corrupción y el 24 por ciento por política.

Como ética profesional, la primer obligación de un periodista es la verdad y esto implica decirle a los ciudadanos lo que está ocurriendo en el país. Por lo tanto,¿por que tendría un periodista que limitarse al decir la verdad o cuidarse la espalda después de hacer una denuncia pública? Es una injusticia ser asesinado por cumplir con tu trabajo.

Todo se volvió un círculo vicioso en donde no se sabe cual es la entrada y cual es la salida. Quizá si los jefes de gobierno dejarán pensar en sí mismos y en cómo llenar sus cuentas bancarias con dinero del pueblo, quizá si hicieran realmente su trabajo y generarán más empleos con mejor pago, habría menos personas con la necesidad de hacer dinero fácil.

Estos sucesos es algo que nos concierne a todos cómo sociedad y a ciudadanos de otros paises que también son afectados por el crimen organizado. Mientras estas cosas no cambien, no queda de otra más que pelear en contra del gobierno y el crimen organizado informando al pueblo, porque ni aunque nos maten, callaran la verdad.

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